Quienes dedicamos todos nuestros trabajos y empeños a la Educación no podemos dejar de celebrar que, en el profuso Calendario de Días Internacionales, Días Mundiales, Semanas y Años Internacionales haya un hueco también para la Educación.
En este contexto de celebraciones, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 24 de enero: Día Internacional de la Educación, para conmemorar el papel que la educación desempeña en la paz y el desarrollo mundiales. La sexta edición del Día Internacional de la Educación se celebrará el 24 de enero de 2024 bajo el lema «aprender para una paz duradera».
Esta dedicación a la educación tiene su base en la Declaración Universal de los Derechos Humanos adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948 en París, que recoge en 30 artículos los derechos humanos considerados básicos. En el Art. 26.1 se señala: «Toda persona tiene derecho a la educación.
La instrucción elemental será obligatoria y gratuita». Esta declaración se sustenta en el primer artículo de la Declaración que señala que todos los seres humanos nacen libres e iguales. Por lo tanto, la educación es un derecho humano fundamental que permite sacar a la humanidad de la pobreza, superar las desigualdades y garantizar un desarrollo sostenible.
A pesar de ese consenso declarativo, en la realidad hay unos 244 millones de niños y jóvenes de todo el mundo que siguen sin escolarización por razones sociales, políticas, económicas o culturales.
Además, las mujeres tienen una tasa aún mayor de analfabetismo y carencias educativas en los países cuyo nivel de pobreza correlaciona positivamente con la escasez de la educación, sobre todo en los primeros niveles.
Las proyecciones de futuro no son buenas, ya que la UNESCO teme que en el futuro el 30 por ciento de los adultos y el 20 por ciento de los adultos jóvenes siga siendo analfabeta en los países pobres. Como contraste señalamos una veintena de países en Europa, Sudamérica y Asia que han conseguido índices de alfabetización del cien por cien.
Y para entendernos sobre lo que celebramos y reivindicamos, señalamos que la Educación es un proceso largo, que dura toda la vida de la persona y que pretende, mediante el aprendizaje, la construcción del propio conocimiento, además de la cultura, los valores, las virtudes, creencias y hábitos compartidos por una determinada comunidad.
Puede decirse entonces que la educación es un proceso de socialización y enculturación típicamente humano, a través del cual se desarrollan capacidades físicas e intelectuales, habilidades, destrezas y formas de comportamiento ordenadas con un fin social. La UNESCO, por su parte, describe la alfabetización como un instrumento para «empoderar individuos, comunidades y sociedades».
Es más, autores como Sabater, señalan a la educación como sostén y firmeza del edificio social, destacando la importancia de la educación no solo para el desempeño laboral, sino, esencialmente, para el desempeño ciudadano y, por consiguiente, no solo como disfrute de las elites sino como acción preferencial por los pobres.
En la misma línea se expresa Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO, con motivo del Día Internacional de la Educación: «Tenemos que reparar las injusticias del pasado y orientar la transformación digital hacia la inclusión y la equidad».
La correlación casi perfecta entre desarrollo y educación hace que los trabajos deban orientarse a lograr que los lugares donde la educación ocupa el último lugar en el mundo, fundamentalmente los situados en África Subsahariana y en lugares donde hay conflictos armados, primero llegue la paz, ya que la guerra es la principal amenaza a la Educación.
En estos casos, la «Profecía Autocumplida», o «Efecto Pigmalión», hace que las expectativas de futuro respecto a la educación puedan aumentar la probabilidad de que estas carencias educativas se mantengan. Como propuesta y como compromiso con la educación seguiremos la máxima de Payot: «toda obra grande, en arte como en ciencia, es el resultado de una gran pasión puesta al servicio de una gran idea…».
Para celebrar el Día Internacional de la Educación es recomendable sensibilizar a los escolares de todos los niveles sobre esta carencia y lo importante que es su progresiva eliminación, dando toda importancia a la fecha, señalando lo que los humanos debemos a la educación.
Puede ser la realización de una sesión de lectura en grupo o una actividad de escritura creativa, o realizar una visita a una institución educativa para conocer aspectos particulares sobre su funcionamiento y sus programas; o bien realizar un mural o una exposición en la el centro educativo, con el fin de mostrar la importancia de la educación.
Todo ello con el fin de mejorar las condiciones de la educación en todos los niveles, ya que, como señala Savater: «El populismo es la democracia de los ignorantes».